lunes, 6 de mayo de 2013

La pluma

Tiene su arcaico precedente en el antiguo Egipto. El primer registro histórico sobre una pluma con depósito de tinta es del siglo X. Se desconocen los detalles sobre su factura o su funcionamiento y no nos han llegado ejemplares de la misma. [...] El progreso en el desarrollo de una pluma fiable fue lento hasta mediados del siglo XIX, debido a un entendimiento imperfecto del papel que tenía la presión del aire en la pluma y del uso de tintas altamente corrosivas con muchos sedimentos.
El Estado francés concedió una patente al inventor rumano Petrache Poenaru, estudiante en París, por el invento de la primera pluma estilográfica o pluma fuente con cartucho de tinta reemplazable, en Mayo de 1827. A comienzos de la década de 1850 hubo una aceleración de patentes y de producción de estilográficas. Sólo después de la introducción de tres inventos claves, las estilográficas se convirtieron en un instrumento popular para la escritura. Estas invenciones fueron el plumín de oro con punta de iridio, la goma vulcanizada, y el libre flujo de la tinta.
Las primeras estilográficas que incluyeron estos ingredientes claves aparecieron a mediados del siglo XIX. En los años 1870, Duncan MacKinnon, un canadiense que vivía en Nueva York, y Alonzo T. Cross de Providence (Rhode Island) crearon plumas estilográficas con un plumín hueco y un alambre como válvula. Las plumas estilográficas eran muy usadas para el diseño técnico, hasta que se empezó a producir en masa en los años 1880.
Los productores dominantes en Estados Unidos en este periodo eran Waterman, Plumingo, Wirt, en Nueva York y Bloomsburg (Pensilvania) respectivamente. Waterman pronto sobrepasó a Wirt, junto con muchas compañías que se originaban para rellenar el recién creado mercado de la pluma estilográfica, y se mantuvo como líder de mercado hasta los años 1920.
En ese momento las plumas se recargaban desatornillando una parte del depósito hueco y añadiendo la tinta con un cuentagotas. Este era un sistema lento y ensuciaba mucho. Además, las estilográficas tendían a derramar tinta dentro de los capuchones y en la juntura por donde se abría el depósito para rellenarlo.
Cuando los problemas de los materiales habían sidos superados y el flujo de tinta mientras se escribía se había arreglado, los siguientes problemas fueron solucionar el método de rellenar y los derrames, pasando del sistema de relleno por cuentagotas al de depósito flexible que absorbía la tinta del tintero.
En Europa, el alemán Günther Wagner Ruperstinky introdujo la pluma Pelikan en 1929, basada en patentes adquiridas de plumas estilográficas de tinta sólida de la factoría de Slavoljub Eduard Penkala en Croacia. Las siguientes décadas trajeron más avances tecnológicos, como la sustitución de la goma por el celuloide, lo que permitía crear plumas con un rango de color y diseño más amplio.En los años 1960, gracias a las mejoras producidas, los bolígrafos comenzaron a dominar el mercado de la escritura. Sin embargo, las plumas de cartuchos recargables eran aún comunes en países como Alemania o Francia. Otras empresas, como Montblanc, se dirigían a un mercado más selecto, creando plumas como objetos de lujo más que para la escritura diaria.

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